Responsabilidad


Gestión de la Energía como consumidor


La energía no solo tiene un valor en dinero, sino también un coste social, tratándose de un bien escaso en la naturaleza, agotable y que debemos compartir. Su uso indiscriminado, por otro lado, produce impactos negativos sobre la salud medioambiental de un planeta que estamos obligados a conservar.


Dos son los empeños: ahorrar energía, utilizarla de forma eficiente e inteligente, para conseguir las con menos, y usar las energías renovables que nos proporcionan el sol, el agua, el viento y la biomasa. Ambos constituyen una prioridad estratégica, mas en un país como España, con una alta dependencia de suministros externos. 

Asumiéndose sencillas pautas de conducta, todos y cada uno de los ciudadanos podemos contribuir a reducir sustancialmente nuestros consumos de energía sin renunciar en absoluto al confort. Tengamos en cuenta que las familias somos responsables del 30% del consumo total del país  correspondiendo el 12% al uso del coche y el otro 18% a los usos domésticos. 

Para que todas las medidas sobre eficiencia y ahorro de energia sean efectivas, y el modelo energético encaje con los principios de la sostenibilidad, es necesario la colaboración de todos los ciudadanos, sin su complicidad, la tarea no será posible.





Buenas prácticas
Los ciudadanos y empresas pueden empezar a poner en práctica el ahorro energético en los hogares y lugares de trabajo, tanto por el uso de equipos mas eficientes energéticamente, como por la aplicación de practicas mas responsables con los equipos que las consumen.

El consumo de cada persona en su vida diaria ligada a los edificios que en un día pasamos el dia (propia residencia y el lugar de trabajo, asi como de otros edificios, como los que prestan servicios docentes, sanitarios, culturales, etc) supone en España el 20% del consumo de energía final, un porcentaje que tiende, además, a incrementarse.

Este consumo se realiza para atender distintas necesidades: calefacción, refrigeración, disponibilidad de agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación, cocción, lavado, conservación de los alimentos,etc.





 Iluminación eficiente
El Código Técnico de la Edificación (CTE) establece como exigencia básica que los edificios, tanto los nuevos como los que se reformen, dispongan de instalaciones de iluminación adecuadas a las necesidades de sus usuarios y a la vez eficaces energéticamente. Para ello la eficiencia energética del sistema de iluminación no deberá superar un valor limite y deberá contar también con un sistema de control que permita ajustar el encendido a la ocupación real de la zona, asi com un sistema de regulación que optimice el aprovechamiento de la luz natural.

Dicho Código Técnico de la Edificación hace obligatorio el aprovechamiento de la luz natural, mediante la instalación y utilización de sistemas de control y regulación, en aquellas zonas en las que la aportación de luz natural así lo permita. Por esta razón, lo que antes era exclusivamente una elección del proyectista es ahora obligación normativa.

En definitiva, el CTE tiene como objeto fundamental en lo referente a la iluminación, establecer un compromiso con la finalidad de:
  • Cumplir con las recomendaciones de calidad y confort visual.
  • Crear ambientes agradables y confortables para los usuarios de las instalaciones públicas.
  • Racionalizar el uso de la energía con instalaciones de mayor eficiencia energética.